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Autor: Sarah J. Maas
Editorial: Cross Books
Páginas: 688
Año: 2021
Confieso que soy
una gran admiradora del trabajo de Sarah J. Maas y, en especial, de la saga
ACOTAR. Por eso, cuando supe que la ansiada continuación -encima contando la
historia de Nesta y Cassian- iba a tardar casi un año en traducirse a español
casi me da algo.
Pero lo importante es que ya lo
tengo en las manos, lo he devorado y… ay, no sé. Tengo sentimientos
encontrados. Tal vez lo idealicé demasiado y ahora tengo un sabor agridulce.
Esto no quiere decir que no me haya
gustado, porque no sería cierto. El problema es que, quizá, no ha sido lo que
yo esperaba. O que lo he devorado con tantas ansias (las casi 700 páginas me
han durado 3 días y, sí, ahora me duelen los ojos) que he sentido que me
faltaba algo.
A diferencia de las otras entregas
de la saga, la historia está contada en tercera persona del pasado y no en
primera. Y me parece un gran acierto haber cambiado la voz del narrador. Como
si, de algún modo, Feyre, que actúa normalmente de narradora, siguiera siendo
quién nos contara la historia.
Recordemos que la historia la
dejamos celebrando las navidades en Una corte de hielo y estrellas después de
todo lo que pasó en la guerra contra Hybern en Una corte de alas y ruina.
Meses después de Navidades, Nesta
está más desatada que nunca. No se habla con sus hermanas, no quiere saber nada
de nadie, vive en ese apartamento cochambroso, juega a las cartas y se
emborracha en tabernas de mala muerte a costa del dinero de Rhys mientras se
acuesta con el primero que pilla. Hasta que Feyre y los demás dicen <<basta>>.
Le dan un ultimátum: o se va a la
Casa del Viento a entrenar con Cassian y trabajar en la biblioteca que hay
debajo, deja el alcohol y endereza su vida, o se exilia a las tierras humanas.
Sabiamente, elige irse a la Casa del
Viento.
Tengo que reconocer que esa parte,
que, en realidad es el 90% del libro, me ha gustado mucho. Porque de fondo hay
un problema mental muy serio del que, con ayuda, ejercicio físico, seguridad y
mucha cabezonería, consigue empezar a recuperarse. Con muchas recaídas, eso sí. Lo que,
desde mi punto de vista, le hace ser un personaje complejo, con muchos matices
y al que, a pesar de su comportamiento borde, le coges un cariño inmenso. Y
creo que Sarah hace un gran trabajo mostrando la depresión tan profunda que
sufre Nesta y lo juzgada que se siente continuamente.
Por otro lado, tenemos a Cassian. Me
encanta Cassian. Desde el primer momento que aparece en el segundo libro de la saga me cautivó este
personaje. Y en Una corte de llamas plateadas lo he adorado mucho más. Me ha gustado muchísimo poder conocer un poco más de su pasado.
Como os podéis imaginar, la tensión
sexual entre ellos es brutal. Desde el principio. Su relación es un sinvivir
continuo de tiras y aflojas. Me ha encantado cada discusión entre ellos, porque
a cabezones y querer quedar por encima no les gana nadie. Su relación es tan
compleja, con un equilibrio tan delicado, tan llena de miedo al rechazo y, a la
vez, tan llena de comprensión, que cuando por fin lo enfrentan todo es… bonito. Es
tan bonito.
Pero…
Pero ha habido momentos en que me he
cansado de tantas escenas de sexo. Me gusta leer y escribir historias con
contenido adulto, pero… no sé, creo que ya era excesivo hasta para mí. Aunque
lo cierto es que la parte emocional, cómo evolucionan juntos poco a poco, cómo
se apoyan, cómo se preocupan el uno del otro, me ha encantado.
Otra de las cosas que más me ha
gustado es la incorporación de dos nuevos personajes: Gwyn y Emerie, las nuevas
amigas de Nesta. Me encantan. La dulzura de Gwyn y la garra de Emerie. Y todo
el tema de las Valquirias. Estas dos van a dar muchísimo juego en futuras
novelas.
Como mucho juego va a dar también
Eris, el hermano de Lucien. No me preguntéis por qué, pero creo que en Eris
encontraremos a otro soñador y no a un príncipe malvado como siempre ha fingido
ser.
Algo que no sé si me ha gustado o no
es el tema del Tesoro. Estaba claro, desde el principio, que la trama se iba a
centrar en la historia de Nesta y Cassian, pero me hubiera gustado que se
profundizara más en esto. En realidad, me hubiera gustado que se continuara un
poco más con la historia sobre la guerra con las reinas mortales. Que sí, que
se menciona, que se habla de ello, y que Nesta y Cassian no tienen por qué
estar tan metidos en este tema como lo estarían Feyre y Rhysand, pero he tenido
la sensación de que estaba demasiado en segundo plano. Además, me ha parecido que
todo se resolvía demasiado rápido con Briallyn.
Y lo que no me ha gustado nada, pero
nada de nada, ha sido la actitud sobreprotectora de Rhysand hacia Feyre, que
rozaba lo inquietante. Era una situación límite y estresante, pero no he
reconocido a Rhys en la decisión de ocultarle las cosas. Es su pareja, su
igual. No debería haber hecho lo que hizo, por muy muerto de miedo que
estuviera.
¿Qué podemos esperar en siguientes
entregas? Pues no tengo ni idea. Pero voy a arriesgarme a decir que, si hemos
tenido una novela de Nesta y Cassian, tendremos otra de Elain y… ¿Azriel? Tal
vez en la misma novela, tal vez cada uno la suya. Estoy deseando saber más
sobre ese extraño triángulo amoroso que tienen con Lucien. Aunque no sé por qué
algo me dice que Azriel, quizá, encuentre lo que busca en otra parte y veamos a
Elain sufrir de nuevo.
Lo que sí que espero es que en la
siguiente novela Feyre vuelva a ser nuestra narradora principal, porque estoy
deseando ver cómo se desarrolla todo con las reinas humanas, Koschei, las demás
Cortes de Prythian y las que están en el continente, así como su vida en la
nueva casa con Nyx. Algo que ha estado muy en segundo plano en Una corte de
llamas plateadas y que, simplemente, se ha quedado planteado.
En resumen, creo que Una corte de llamas plateadas ha sido una pausa de casi 700 páginas para acompañar a Nesta en su camino de autodescubrimiento y sanación del alma para salir de la oscuridad, la construcción de una bonita amistad con las chicas y verla enrollarse con Cassian, en la que se sientan las bases para las siguientes novelas. No obstante, sigue siendo una pausa con la cantidad de acción, tensión y amor necesaria para mantenerte muy pegada a las páginas.
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