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Título: Los chicos malos apuestan, las chicas listas ganan - Libro 1 (autoconclusivo)
Autor: Cristina Prada
Editorial: Esencia
Páginas: 349 - edición Kindle
Año: 2019
No es la primera vez que leo a Cristina
Prada. Todos los carteles de neón brillaban por ti (podéis leer la
reseña aquí) me gustó mucho, pero Todas las malditas veces que la tuve
debajo de mí (podéis leer la reseña aquí) no me dejó con muy buen sabor de
boca. Por eso quise darle otra oportunidad a sus historias para encontrar el
lado hacia el que se inclinaba la balanza.
Y he de confesar que me alegro mucho
de haber llegado a Los chicos malos apuestan, las chicas listas ganan.
Con su estilo ágil, sencillo y
coloquial, Cristina nos traslada a dos caras de la misma moneda que es la
ciudad de Madrid de la mano de Daniela y Rico. Los capítulos desde el punto de
vita de cada uno se van alternando, haciendo que podamos conocerles un poco
mejor y empatizar con ellos. La verdad es que ambos me han gustado bastante.
Daniela vive en
La Finca (que para quien no lo sepa, es una de las urbanizaciones más
exclusivas repleta de futbolistas y famosos), tiene veintiséis años y vive con
su hermano pequeño, Pablo, y su asistenta dado que sus padres viven en Kenia
por ser su padre embajador. A pesar de que no le ha faltado nunca nada en la
vida, es una chica normal, con un trabajo que no le gusta y unas amigas
estupendas y divertidas que la apoyan.
Por otro lado,
está Rico. Su vida no ha sido nunca nada fácil. Tiene treinta y dos años y está
al cargo de sus hermanos pequeños, Aitana, Suso y Mati, ya que su padre es un
alcohólico y su madre murió hace años. Con su trabajo como mecánico y las
carreras ilegales en las que participa ha conseguido hacerse el rey de Vallecas
y que no falte un plato de comida en la mesa. Además, su amigo Héctor siempre
está dispuesto a echarle una mano.
Daniela y Rico
se conocen porque Dani es la exnovia de Hugo, el hermano de Rico. No se
soportan (las mentiras de Hugo jugarán un papel muy importante en ello) y, por
tanto, cuando coinciden en El Circo, una antigua fábrica de Vallecas
reconvertida en discoteca, no se alegran demasiado de verse. Rico cree que
Daniela no es más que una niña malcriada que solo piensa en ella misma y ella
que él no es más que un bruto y un flipado.
Sin embargo,
detrás de tanto odio hay una atracción que poco a poco va abriéndose camino
gracias a encuentros casuales y cabezonería.
La amistad y la
familia tienen un peso importante en la novela. No puedo no mencionar
especialmente a la adorable Mati y a Furia y Mayúscula. Me han encantado como
personajes secundarios. Y, por supuesto, a Héctor y Aitana, que son los
protagonistas de la secuela Los chicos malos siguen apostando y las
chicas listas siguen ganando. Ambas novelas son autoconclusivas, aunque,
por supuesto, es mejor conocer a Héctor y Aitana antes de empezar a leer su
historia.
Confieso que Los
chicos malos apuestan, las chicas listas ganan engancha mucho, a pesar del
final totalmente de película y poco (o nada) creíble. Creo que eso es lo que me
falla en las novelas de Cristina Prada. Me gusta su manera de escribir, me
gusta cómo te mantiene enganchada a la trama, pero llega un punto en el que se
vuelve demasiado rocambolesca e inverosímil.
En resumen, Los chicos malos apuestan, las chicas listas ganan me ha gustado. Entretiene mucho y es bonito ver cómo la línea entre el amor y el odio se va difuminando en detalles pequeños que te van robando el corazón.
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